Testimonios y legados de tiempos
Refugiados eslovenos después de la Segunda Guerra Mundial
Al final de la guerra numerosos civiles y los miembros de la Guardia Nacional se retiraron del territorio esloveno a Carintia austríaca y a Friul. En 1945, 17.000 refugiados, entre ellos también muchos intelectuales, abandonaron Eslovenia. Por temor frente al comunismo y preocupados si saldrán con vida, se llevaron consigo sólo lo más imprescindible, un poco de ropa, dinero y comida por unos días. Muchos creían que iban a volver pronto.

Aproximadamente cinco mil refugiados eslovenos encontraron el amparo en los campos de refugiados en Italia. Pero la mayoría de los refugiados se alojó en la primera mitad de mayo de 1945 en Vetrinjsko polje cerca de Celovec que pertenecía a la administración militar británica. Ahí los eslovenos en tan sólo unos cuantos días instalaron alojamientos de emergencia y se encargaron de lo más preciso para sobrevivir. La deportación de los refugiados a la patria inició a finales de mayo de 1945. Los británicos devolvían a los miembros de la Guardia Nacional bajo el pretexto de que iban a trasladarlos a Italia, pero en efecto los entregaron a los partisanos. Campos de concentración para los refugiados deportados estuvieron en Kranj, Škofja Loka, Šentvid pri Ljubljani y en Teharje. Muchos no volvieron de ahí. De Teharje los llevaban con los automóviles hasta las galerías mineras cerca de Hrastnik y en Barbarin rov, mientras que a los de Šentvid los llevaban en tren hasta Kočevje y de ahí con camiones hasta los abismos kársticos en Kočevski rog. Mayores lugares de ejecución estaban en Tezno cerca de Maribor, Kočevski rog, Slovenska Bistrica, Hrastniški hrib y Huda jama. Los asesinatos los ejecutaban los miembros de la OZNA eslovena bajo las órdenes de sus superiores.[1]
El resto de los civiles que quedaron en el campo, a pesar de darse cuenta lo que había pasado con los miembros de la Guardia Nacional y civiles deportados, no desesperaban ni se desanimaron, pero en breve se encargaron de alcanzar las condiciones de una vida decente en la medida de lo posible. Ya diez días después de llegar al campo de concentración empezó la enseñanza regular en una escuela pública.

Asimismo, pronto organizaron el liceo esloveno de refugiados. Fueron organizadas varias conferencias para adultos, cursos, actividades culturales y deportivas, coro, se tenía en cuenta también el aspecto religioso en el cuidado de todos los refugiados. A finales de junio de 1945 las autoridades de ocupación británica decidieron cerrar el campo de refugiados por las condiciones inadecuadas, mientras que los refugiados eslovenos fueron trasladados a varios campos de refugiados en la Carintia austríaca. Los enviaron a Lienz-Peggetz, Spittal ob Dravi, Št. Vid na Glini y a Liechtenstein pri Judenburgu. En cada uno de esos campos, los refugiados se encargaron para las condiciones decentes en la mayor medida de lo posible y a pesar de todo estaban satisfechos. Sobre todo lograron abrir muchas guarderías, escuelas primarias, escuelas secundarias para artesanía, economía doméstica, de formación profesional y liceo. Los adultos con sus conocimientos y destrezas de artesanía establecieron numerosos talleres en los que producían varios objetos útiles a los que luego vendían en alrededores. Los que tuvieron la posibilidad se fueron a trabajar en las granjas y fábricas cercanas.

Bajo la iniciativa de los gobernantes yugoslavos las autoridades de los Aliados intensificaban la presión sobre los refugiados para que regresasen a patria. La propaganda para el regreso la realizaban también las comisiones yugoslavas de repatriación que varias veces aparecieron en los campos de refugiados y prometían buenas condiciones a los que decidieran volver a Yugoslavia. Pero, su persuasión en general no era exitosa. Los refugiados todavía guardaban memorias dolorosas de los miembros de la Guardia Nacional deportados y matados. Esas promesas no presentaban garantía alguna para el regreso seguro. Desconfianza a las autoridades comunistas y su gobierno basado en la unicidad política era enorme. Hasta el fin del año 1947 regresaron apenas 850 personas en total.
Después de más de dos años de estancia en los campos de refugiados cierto número de refugiados decidió quedarse en Carintia, otros se mudaron a varios países europeos, mientras que la mayoría decidió cruzar el océano. Se fueron a América del Norte, América del Sur y a Australia. Ahí los acompañaron también los refugiados de los campos de refugiados en Italia que en mayoría decidieron irse a Argentina.[2]
Los esperaba viaje a los países nuevos y desconocidos. ¡A pesar de ser inseguro y lleno de incógnitas, era un viaje de esperanza y fe en un futuro mejor!

[1] Oddelek za zaščito naroda – OZNA (Departamento de Protección del Pueblo) era servicio yugoslavo de seguridad/inteligencia. El Departamento fue establecido 13 de mayo de 1944. En 1946 dividieron a OZNA en la parte civil Uprava državne varnosti – UDBA (Administración de Seguridad del Estado) y a parte militar Kontraobaveštajna služba – KOS (Servicio de Contrainteligencia) que más tarde fueron reorganizadas. Al terminarse la Segunda Guerra Mundial OZNA organizó y dirigió campos de concentración y realizó matanzas masivas en posguerra. El mayor número de asesinatos masivos en Eslovenia sucedió en el período entre mayo y julio de 1945.
[2] Véase más: Lenart Rihar, Helena Jaklitsch, Cvetoči klas pelina, Slovenski begunci v Avstriji po letu 1945, Založba Družina, Rafaelova družba, Liubliana 2014; Lenart Rihar, Helena Jaklitsch, Helena Janežič, Kajetan Gantar Rojstvo novih domovin: bogata ustvarjalnost slovenskih beguncev v Italiji in Avstriji, Narodna in univerzitetna knjižnica, Založba Družina, Liubliana 2017; Marjan Kocmur, Umik čez Ljubelj, mayo de 1945, Skozi objektiv Marjana Kocmurja, Mohorjeva družba Celovec, Celovec, 2015; Marta Milena Keršič, Jelka Piškurić, Jaz vem, da sem Slovenka, jaz ljubim domovino: begunska pot družine Adamič iz Sodražice, Študijski center za narodno spravo (Centro de Estudios para la Reconciliación Nacional), Liubliana, 2016.